Oficios

    La mayor parte de estos oficios han desaparecido, sus artesanos han fallecido, se han jubilado o han cambiado de oficio. Han contribuido a su desaparición la mecanización de las labores agrícolas y la aparición de materiales más baratos.

Carretero. (Félix Moyano hijo, Domingo González). El oficio de carretero se complementaba con el oficio de herrero. En ocasiones hacían además mobiliario para la casa o útiles para las faenas agrícolas. Podían además dedicarse a la fabricación de cubas y carrales, y a su reparación.

Herrero (Félix Moyano padre). Es uno de los oficios tradicionales que aún se mantiene en el pueblo. Antes preparaba las rejas para los arados, confeccionaba los elementos metálicos del carro y aunque aún sigue colocando rejas, arreglando arados, ha introducido en su taller la soldadura eléctrica en la mayoría de sus trabajos. A esta labor se ha unido la fabricación de puertas de chapa y verjas de hierro para las ventanas. Abilio Muñoz Pérez se dedica a la fabricación de ventanas.

Herrador  (De Cevico Navero). El empleo de animales de tiro, machos, caballos y burros o bueyes, tenía como necesidad la colocación en sus cascos de herraduras que evitaban el desgaste de los mismos, al tiempo que les libraba de golpes fortuitos en su trabajo. La colocación y sustitución de las herraduras se convierte en oficio más o menos estable; podía estar unido al oficio de herrero, pero no necesariamente.

Esquilador (De Cevico Navero). Los animales de tiro, mulos y asnos, necesitaban ser pelados, bien por higiene o bien para evitar que sudasen en exceso. El oficio de esquilador no era de plena dedicación; lo alternaban con otros trabajos.
 

Zapatero (Martín Medina, Víctor Palomo). El zapatero remendón se dedicaba al arreglo de los zapatos y confección de alguna que otra sandalia.

Componedor (De Antiguedad). Equipado con un soldador ponía "pegotes" de estaño en baldes, calderos, paraguas...

Guarnicionero. Solía llegar de Tórtoles o Antigüedad. Hacía arreos para las caballerías que facilitaban sus movimientos y les evitaban roces, molestias y golpes en su cotidiano ejercicio de tiro.

    El actual médico es Adolfo. El último médico que ha vivido en el fueblo fue Alberto Robles del Pozo y María Zorera Aguado. Otro médico anterior a ambos fue José Fernandez Miranda. Entonces  siempre estaban dispuestos para una urgencia a cualquier hora del día. Ahora tienen que venir de Baltanás o desplazarse uno mismo hasta el Centro de Salud de la citada localidad.

    Entre otros alcaldes además del ya citado Teófilo fueron Abilio Quintero y Abelardo Quintero.

    Han sido muchos los maestros que se han sucedido en las escuelas de Villaconancio: Teófilo Agúndez Ponce, Félix Rodriguez, Tomás Treceño, Sérvulo Lombraña Fraile y su mujer Ángela Castrillo...
 

Don Ireneo    Desde hace más de veinte años, el párroco de Cevico es Don Leonardo Cieza Pedroso, residente en Castrillo de Don Juan. El anterior párroco fue Don Ireneo Camina Izquierdo.

    Otros párrocos que ha tenido Villaconancio han sido Don Angel, Don Eloy y Don Julián.

Don Ireneo y Don Leonardo

Don Leonardo

    El alguacil (Emiliano García, Emeterio Curiel, Félix Martínez), el guarda (Emeterio, Bonifacio Calvo, Teófilo), el sacristán (Eugenio Martínez), el barbero (Eugenio Martínez, Lucas), el sastre (Lucas); el albañil (Feliciano, Secundino Ozores, Constantino Vítores); el molinero (Manuel Manzano, Manuel Quintero); los pastores (Andrés Frías, Evencio Frías, Faustino Díez, justo López, Leoncio Casado); el pastor de machos o de mulas (Manuel Bilbao); pastor de cabras (Juan); el mochil o motril, joven que lleva la comida a los que trabajan en el campo (Tomás Renedo Montero); la comadrona (Teodora Bilbao). Los obreros que iban a los montes se dedicaban a hacer carbón vegetal. De encina fundamentalmente. Algunos de estos carboneros son: Cándido Encinas, Angel Jimón, Doroteo González, Máximo de Rueda, Desiderio Niño. El cartero: Jaime y Celestino, Javier Aguado, Félix (el último).