Situado a la orilla derecha del río Esgueva, hay que suponer que tuviera un emplazamiento primitivo sobre el cerro que hoy le sirve de abrigo y le confirió su nombre.

    En época romana se construiría su primitiva fortaleza y se puebla parte del casco de la villa. En época de los godos, continúa el poblamiento, lo cual, se deduce del hallazgo en 1975 de una necrópolis de época visigoda. A finales del siglo IX, durante la reconquista del territorio situado al norte del Duero por parte de Alfonso III "El Magno", se levantó un castillo en el "cotarro de la villa" para poder resistir los ataques musulmanes. Años más tarde, al ser repoblado el lugar, se rodeó de murallas (con puertas almenadas) para aumentar su capacidad defensiva.
 

     La iglesia parroquial está dedicada a la Asunción de Nuestra Señora. Construida en piedra posee tres naves, divididas a su vez en tres tramos y separadas entre sí por pilares que sostienen arcos de medio punto.

    La nave central se cubre con bóveda de arista y las laterales con bóveda de cañón. Su portada se remataba con una espadaña, de dos cuerpos, obra de cantería, adornada con bolas herrerianas.