SAN MIGUEL
    Miguel es ante todo un santo militar, jefe de la milicia celestial y defensor de la Iglesia. Combate contra los ángeles rebeldes y contra el dragón del Apocalipsis: "Hubo una batalla en el cielo: Miguel y sus ángeles peleaban con el dragón, y peleó el dragón y sus ángeles, y no pudieron triunfar ni fue hallado su lugar en el cielo". 

    En Occidente, su culto comienza a desarrollarse a partir de los siglos V y VI primero en Italia y Francia, y después en Alemania y en toda la Cristiandad. 

    Patrono de los caballeros y de todos los oficios relacionados con las armas y las balanzas, aparece con atavío de soldado o de caballero, que sostiene la lanza (o la espada) y un escudo ornamentado con una cruz. Cuando combate con el dragón, lo hace a pie o por los aires (Miguel, arcángel, tiene alas)

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SAN ANTONIO DE PADUA
 
    San Antonio nació en Lisboa (Portugal), en 1195 (fecha oficial). Llamado por la vocación religiosa ingresó en un monasterio a las afueras de la ciudad.
 
    Ya con el hábito franciscano, desembarcaba en Marruecos en 1220. Cayó enfermo y sus superiores creyeron oportuno repatriarlo, pero en el viaje de regreso, acaba en Sicilia tras un tortuoso viaje. Allí conoce a San Francisco de Asís con quien convive y comparte los comentarios de su relación con Dios, en el convento de Monte Paula.

    Su fama comenzó a extenderse con ocasión de un sermón predicado a franciscanos y dominicos que fueron ordenados sacerdotes, en 1221. Habló de tal manera de todos quedaron maravillados de su sabiduría.

 
    Se ordena sacerdote y, como profesor de Teología, ejerce pastoralmente por Francia e Italia donde alcanza gran popularidad. Se dedicó a la composición de sermones para todas las festividades del año.
 
    Fallece a los treinta y seis años el 13 de junio de 1231 y, en el lugar de su muerte se erigió un templo en su honor, por lo que se llamó San Antonio de Padua. Al año de su muerte fue canonizado por el Papa Gregorio.

    San Antonio es invocado en todos los conflictos, y sus devotos acuden a él cuando le necesitan. Es el abogado especial de las cosas perdidas y un santo casamentero...

    Lo que no falta nunca en San Antonio es la juventud (pues era joven durante los años en que ejerció el apostolado); el hábito franciscano (porque perteneció a la orden de San Francisco de Asís; es símbolo de la austeridad propia del auténtico hijo de San Francisco en la época del primitivo fervor de la Orden); el lirio (que nos recuerda su pureza virginal; su alma era blanca y pura como los lirios); el libro (la Santa Biblia que leía con frecuencia, la estudiaba, la meditaba y la predicaba al pueblo con gran elocuencia) y el Niño Jesús. Con el Niño en brazos se quiere indicar la íntima familiaridad que tenía con Jesucristo.
 
SAN ISIDRO LABRADOR

    Nació en Madrid en 1082 y se casó con María Toribia, más tarde Santa María de la Cabeza.

    Labrador de nacimiento, su dueño le puso a prueba, cansado de habladurías de la gente que le achacaban visitar todos los días la Iglesia antes de la labor (incluso abandonaba el trabajo para orar; cualquier situación era oportuna). Su dueño pudo observar que mientras él rezaba, milagrosamente dos jóvenes guiaban los bueyes delante del arado por el barbecho. Desde entonces el hacendado señor puso toda su labor y su tierra bajo su custodia, pues tenía un criado como jamás lo había tenido.

    Famoso hizo el refrán: "Por oír misa y dar cebada nunca se perdió jornada". El patrono de todos los hombres del campo nos dejó en 1170, y cinco años más tarde murió su mujer, a quién se invoca lo mismo cuando el hijo pequeño se le cae en un pozo, que cuando la sequía amenaza los campos.

    En 1622 fue canonizado por Gregorio XV. Se representa vestido de labrador, con un zurrón; en segundo término, una yunta llevaba por un ángel.
 
SAN FRANCISCO JAVIER

    Nació en 1506. Coincidió en sus estudios en París con san Ignacio de Loyola. A los veintitrés años ya era catedrático de filosofía.

    Viajó a Extremo Oriente, pasando por la India, en Goa combatió la deportación escandalosa de los cristianos y difundió el evangelio por toda la región, predicó en las Molucas, en Ceilán convirtió a un gran número de gentes, de Japón se libró de ser decapitado por muy poco, hasta llegar a China donde su labor evangelizadora es de resaltar, «de qué me sirve ganar todo el mundo, ser el primero en el mundo, si es con detrimento de mi alma». Viaja por hospitales curando enfermos y besando las llagas de los propios enfermos.

    Cayó enfermo de fiebre y murió en 1552 a los 46 años. 

    Desde entonces se conmemora el 3 de diciembre (día de su muerte), el día de la vocación misionera.

SAN SEBASTIÁN
    Sebastián era centurión de la guardia pretoriana del emperador Diocleciano. Dice San Ambrosio que fortaleció y alentó a muchos cristianos antes de ser martirizados por sus compañeros. Sufrió el martirio en Roma y fue sepultado en una catacumba en la Vía Apia, cerca de la Basílica que lleva su nombre.

    Obró verdaderas conversiones entre los altos mandatarios del emperador y milagros entre las gentes de a pie. La mayor fue a Zoé, mujer de Nicóstrato, que siendo muda, recobró la voz haciendo Sebastián la señal de la cruz sobre su boca. 

    Es un santo militar, al que se le atribuye el poder de detener las epidemias de peste.

SAN JOSÉ DE NAZARET
    Procedente del linaje de David, según la genealogía situada por Mateo al inicio de su Evangelio, José lleva en Nazaret la vida de un artesano.

    Es el esposo de María, el "padre putativo" de Jesús. 

    José es venerado en Oriente desde el siglo IV; su culto en Occidente fue realmente introducido por Teresa de Jesús y los jesuitas.

    En 1870, Pío IX lo nombra patrón de la Iglesia universal, y fija su fiesta el 19 de marzo. 

    En 1955, Pío XII instituye una segunda fiesta dedicada a José Obrero, fijada el 1 de mayo, día de la fiesta del Trabajo.

SAN LORENZO
    Fue brutalmente asado en una parrilla. Mientras lo estaban torturando decía: "ya estoy bastante asado por este lado, puedes darme la vuelta". De ahí que se le represente con una parrilla en la iconografía. 

    Es considerado patrón de los pobres por su esplendidez, de los bibliotecarios y libreros por sus registros; de los cocineros, sopladores de vidrio y planchadoras por el fuego.

    Hacia el año 258 fue prendido por el emperador Valeriano por no entregar los bienes de la Iglesia; pues se los entregó a los ciegos, mudos, paralíticos y achacosos que se encontraban en el lugar.

    Según el mártir, el oro y la riqueza eran las principales causas de todos los crímenes. 

    El monasterio de El Escorial está bajo su advocación y tiene en su honor forma de parrilla.

SANTO TOMÁS DE AQUINO
    Nace cerca de Montecassina, en 1225. Hijo de una familia noble italiana estudia en la universidad de Nápoles, en Bolonia, Colonia y París, y tuvo por profesor a Alberto Magno, ya con hábito dominico. Más tarde impartiría clases de filosofía y teología como catedrático en París.

    Más intelectual que místico, era un escritor admirado.

    Durante la celebración de la misa tuvo un momento de revelación interior y desde ese momento siguió fielmente las reglas de Dios y del papa Gregorio X, que lo manda como teólogo al Concilio de Lyon.

    Muere en Fossanova el 7 de marzo de 1274 y el 28 de enero de 1369 se trasladan sus restos a Toulouse. Fue canonizado en 1323.

SANTA LUCÍA
    Mártir en Siracusa durante la persecución de Diocleciano. Nació de padres ricos y fue educada en la fe de Cristo. Su padre murió cuando era niña. De joven y en secreto ofreció castidad a Dios, aunque fue presionada para su matrimonio.

    Se cuenta que se arrancó los ojos con los dedos para no ver más y sólo sentir a Dios, motivo por el que es patrona de los ciegos. Aunque los datos de su vida son discutibles, pudo morir hacia el año 303, el descubrimiento en 1894 de un rótulo sepulcral y unas actas así lo atestiguan,

    Para su martirio fue llevada a una casa de citas, rociada con orina por todo su cuerpo, intentaron prenderle fuego rociando su cuerpo desnudo de pez y azufre, pero no fue posible matarla, al fin su definitivo traspaso tuvo que ser atravesándole la garganta con una espada.

    Se representa con una espada al cuello, un libro, ciega y con los ojos sobre una bandeja.

    Patrona de las modistas, su onomástica se celebra el 13 de diciembre.
 
SAN ROQUE

    Patrono de los apestados, se le representa en hábito de peregrino, con un perrillo y señalándose la rodilla donde aparece un estigma de la enfermedad. Debido a las epidemias de peste del siglo XVII su culto se popularizó por toda España, siendo multitud de lugares los que celebran su fiesta, el 16 de agosto, lo mismo que abundan las ermitas a él dedicadas.

    Nace en Montpellier en 1295. Como los curanderos o dioses, Roque tenía una cruz roja sobre el pecho y otra idéntica en el hombro. Como tantos otros santos, Roque llega a la edad adulta poseedor de cierta fortuna que reparte entre los necesitados cuando siente la llamada del Altísimo.

    Cuando fue a Roma, en los primeros años del siglo XIV, se dedica a curar a los abundantes enfermos de la peste. Es entonces cuando él mismo se contagia. El perro que lo acompaña existió realmente, colaborando en su curación cuando el Santo, enfermo, se retiró a un bosque. Vuelve a Francia donde es tomado como un espía y encarcelado hasta su muerte, tres años después.

SAN ANTONIO ABAD
    Nació en el año 251 en el Alto Egipto. También se le conoce por San Antonio del Desierto (paso muchos años en él) o el San Antonio el Grande (por su fortaleza ante las tentaciones) o San Antón. Fue el fundador del monacato cristiano, vivió en soledad en el Alto Egipto, instalado en una tumba de época faraónica en la que se entregó al ayuno y a otras mortificaciones. 

    Fue repetidamente tentado por el demonio, quien, en sus apariciones, revestía las más diversas formas. Después de salir vencedor sobre todas las tentaciones, Antonio abandonó su encierro y reunió en torno a sí una comunidad de monjes. 

    Combatió las tentaciones cuidando su rebaño de animales, de ahí que sea el patrono de los animales domésticos. 

    Falleció el 17 de enero del año 356. Su cuerpo fue enterrado en lugar secreto.

VIRGEN DEL CARMEN
    El origen del nombre de la Virgen del Carmen es el Monte Carmelo, situado al noreste de Palestina. A fines del siglo XII se forma la orden de las Carmelitas o "Hermanos de la  Bienaventurada Virgen María del Monte Carmelo." Ellos emigran de Palestina a Europa. Allí se aparece la Virgen María a San Simón Stock en 1251, acompañada de una multitud de ángeles y llevando en sus manos el Escapulario de la Orden.

    El Escapulario de la Virgen del Carmen es un signo aprobado por la Iglesia y propuesto por la Orden Carmelitana como manifestación del amor de María por nosotros y como expresión de confianza filial por parte nuestra en Ella, cuya vida queremos imitar. En su origen era un delantal que los monjes vestían sobre el hábito religioso durante el trabajo manual. Con el tiempo asumió el significado simbólico de querer llevar la cruz de cada día, como los verdaderos seguidores de Jesús. En algunas Ordenes religiosas, como el Carmelo se convirtió en el signo de la decisión de vivir la vida como siervos de Cristo y de María.