La ermita de la Virgen de Hontoria

    Lejos del pueblo a unos tres kilómetros, yendo por la carretera de Hérmedes (a la izquierda) se sitúa la ermita de la Virgen de Hontoria. Es románica, del siglo XII La portada posee dos arquivoltas redondas, de las cuales una presenta un grueso baquetón.
 

    El último arreglo, costeado totalmente por los devotos de la Virgen, se efectuó el año 1993.

    La fiesta de Nuestra Señora de Hontoria, se celebra el sábado anterior a la Ascensión. Con la liturgia de las letanías sacan procesionalmente a la Virgen en una carroza, hasta la ermita del Santo Cristo del Consuelo, y desde allí hasta la ermita de la Virgen, el rezo del rosario llena el camino de rosas, con las 50 Ave Marías y cánticos marianos.

    En la ermita se celebra la Sagrada Eucaristía. Cuando finaliza, procesión, bendición de los campos en los aledaños de la ermita y se termina con el canto de la salve.

    Empieza la romería festiva y fraterna: la comida. Extendidos por el valle, enlazados por los saludos y sorpresas de los forasteros vecinos, Hontoria es un pequeño mundo, bajo la bóveda apacible de un renacer, y la monotonía de la sierra.
 

Merienda en Hontoria, el día de la Romería

    La Virgen de Hontoria, Virgen Románica del siglo XII, es una talla en madera dorada y policromada. Conserva restos de policromía original (s. XII). Representa a una Virgen sedente con Niño sentado en sus rodillas. Sus medidas son: 56 cm. de alto, 24,5 cm. de ancho y 11.5 cm. de profundidad.
 

    Ha sido recientemente restaurada, en 1996, en el taller diocesano del Obispado de Palencia. Le han sido añadidos la cabeza del Niño (por haberse perdido el original) y la base (se ha modificado el soporte para poder convertir la obra en procesional).
 

    "La Serranilla", es el nombre que los vecinos de Vertavillo eligieron para su Virgen. Esta advocación tiene su origen en un encuentro de la Virgen con los hombres de la sierra.

    Volvían del monte unos serradores. En el trayecto encontraron una imagen, y la colocaron en el carro. Cuando reaunudaron su camino observaron que las vacas no podían moverse. 

    El lugar era muy conocido: unos terrenos que habían sido propiedad de un pueblo nominado Hontoria y del que sólo quedaba en pie, este vestigio religioso: una ermita. 

    Ante la imposibilidad de seguir adelante, pensaron dejar a la Virgen, en la ermita abandonada. 

    Al instante el ganado siguió vigoroso.

Palencia Mariana
Gemma Vega Abia. 2000
Edita Obispado de Palencia