El que la economía del pueblo se base en la agricultura, hace que la mayor parte de las casas estén concebidas con la estructura y servicios que son habituales en las casas de labradores de la tierra.

    El barro sin cocer y el adobe todavía siguen siendo protagonistas pues aunque hay unas cuantas casas cuyas fachadas tienen un revoco de ladrillo u otros materiales sobre la estructura de adobe, la mayoría son edificaciones de piedra y en otras las paredes están acabadas con barro mezclado con paja que dan impresión de antigüedad y falta de solidez. Sin embargo el adobe es uno de los aislantes térmicos más eficaces tanto para el invierno como para el verano.
 

Casa en la Calle Cantarranas asemejando la proa de un barco

    Antiguamente las casas solían disponer de dos entradas, una puerta que servía de acceso principal y otra concebida para dar acceso a carros y ganado.
 

Casa de piedra	Trasera en la calle Trinquete

    El edificio dedicado a la vivienda puede constar de una planta o dos; la vida se realiza en la planta inferior y la parte superior, el desván, dedicado a almacenar trastos viejos y grano, servía de aislante entre el tejado y la vivienda propiamente dicha.
 

    Una de las cosas que más llama la atención al visitante son sus preciosos balcones, corredores y voladizos de las casas de Vertavillo.
 

Voladizo en la Calle Mayor	Corredor

    Las antiguas cocinas "económicas o Bilbaínas", han sido sustituidas por cocinas de butano o eléctricas, pero aún son conservadas para otra función diferente; por ejemplo, como lugar adecuado para cura de embutidos.

    La gloria es otra de las instalaciones peculiares con que cuentan muchas casas del pueblo. Bajo el suelo hay un hueco por el que se transmite el calor procedente de la quema de leña o paja.
 

Gloria	Bilbaína

Caseta de piedra	Casetas en las eras del Cristo

Caseta anterior en la actualidad e interior de la misma