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Queridos amigos de Castrillo, la fiesta de San Antonio tiene un significado especial para esta parroquia porque he recibido una carta que quiero leeros como reflexión en este día de fiesta. Dice así. Su título podría ser: "Semblanza de San Antonio".
Queridos hermanos de Castrillo de Don Juan. "Paz y Bien". ¿Cómo estáis?. Estoy enterado de lo importante que ha sido y sigue siendo mi fiesta que es la vuestra, para todos vosotros. Me vais a permitir, sé que me lo permitís que me dirija a todos vosotros a través de esta carta, para recordaros quién soy en realidad.
- Nací en Lisboa en el año 1195. A los pocos días me bautizaron mis padres: Martín de Bulan y María de Talabera, que asó se llamaban, buenos cristianos porque creían de verdad en Dios. Ellos se preocupaban de darme una buena educación cristiana, como debéis hacer vosotros con vuestros hijos.
- Tenía 15 años cuando recibí el hábito religioso de los canónigos de San Agustín, después me trasladaron a la Abadía de la Santa Cruz de Coimbra en donde me dediqué al estudio de la Escritura, de la Palabra de Dios y a la Oración.
- Con la llegada un día de cinco mártires, que habían predicado la fe en África, se despertó en mí el Espíritu misionero y tomé la decisión de recibir el hábito de San Francisco en el 1221 con el nombre de Antonio, en honor de San Antonio Abad, a quién estaba dedicado el Convento en que me encontraba.
- Accediendo a mis deseos de ir a misiones, mis superiores me permitieron ir a África en donde estuve poco tiempo porque enfermé y tuve que iniciar el regreso a España; pero por causa del mal tiempo desembarqué en Mesina, desde donde me trasladé a Asís para conocer a San Francisco de Asís. Posteriormente completé los estudios en Teología y me dediqué a la oración en donde conocí y experimenté a Dios. Por eso os recomiendo que también vosotros recéis, para que podáis vivir la alegría y la paz de vivir a Dios.
- Con esta experiencia recorrí varias ciudades en España, Francia e Italia predicando lo que había aprendido y lo mucho que Dios nos quiere. Pero fue en Padua en donde desarrollé y viví mi vida, consiguiendo, por la gracia de Dios, no por mis méritos, muchas conversiones y milagros que se me han atribuido.
- Ya al final de mis días se me permitió volver a Lisboa para defender a mi padre, a quién le habían acusado de un crimen que no había cometido. Tan pronto como le declararon inocente, porque Dios viene siempre en ayuda de quienes le invocan, volví a Padua para seguir ejerciendo la misión de predicar, enseñar y orar. Un día, cuando oraba tuve la experiencia y el gran regalo de recibir en mis brazos al Niño Jesús, por eso se me representa en las imágenes con el Niño Jesús.
- Se acercaba mi muerte y quise prepararme haciendo ejercicios espirituales, pero, al enfermarme no pude terminarles y me llegó la muerte en el Convento de Sta Clara de Padua el día 13 de junio de 1231, a los 36 años de edad y a los 10 de ingresar en la religión de San Francisco.
Son muchas
las cosas que quiero deciros, pero no quiero ser pesado. Tan sólo
recordaros
1) que
seáis humildes y os ayudéis entre vosotros.
2) que
tengáis paciencia y os sobrellevéis y os perdonéis
cuando alguno tenga quejas contra otro.
3) que
lo importante para ser buenos y salvarse no es decir, Señor, Señor,
sino cumplir la voluntad de nuestro Dios, que es bueno y rico en misericordia
y cumpláis sus mandamientos porque la palabra tiene fuerza cuando
va acompañada de las obras
4) Dichosos
vosotros si obráis así.
Disculpadme si me he extendido un poquito y gracias por escucharmen.
Ah, una cosita más: que no os olvidéis de mí durante el año y que sepáis que podéis contar siempre conmigo. Estaré encantado de poderos atender.
Felices Fiestas. Os quiero. Sed felices.