Las oraciones de nuestros abuelos

    Antes de acostarnos nuestras abuelas nos obligaban a rezar:


Jesusito de mi vida
eres niño como yo
por eso te quiero tanto
y te doy mi corazón.
Tómale, tuyo es, mío no.


Ángel de mi guarda
dulce compañía
no me desampares
ni de noche ni de día
Si me desamparas
qué será de mi
Ángel de mi guarda
rogad por mí. 

Santa María bendita
Madre de San Agustín
échame la bendición
que me voy a dormir. 

Cuatro esquinitas tiene mi cama
cuatro angelitos que me acompañan
dos a los pies y dos a la cabeza
y la Virgen en el medio
que es mi compañera. 

Me dice "Laura" (el nombre del niño o niña que se acuesta) duerme y asosiega
si alguna cosita me suele pasar
la Virgen María me ha de amparar.
Santas y buenas noches me dé Dios.


Con Dios me acuesto
con Dios me levanto
con la Virgen María
y el Espíritu Santo


Dios conmigo
yo con Él
Él delante
y yo tras Él


Jesús, José y María
os doy el corazón y el alma mía
Jesús, José y María
asiste en mi última agonía
Amén.
haced que descanse en paz el alma mía
Amén.

    Para bendecir la mesa:

Echad Señor la bendición
sobre los alimentos que vamos a tomar
y sobre nosotros para que todos
participemos en la mesa celestial
Amén