Con una superficie aproximada de 1500 hectáreas esta propiedad limita con Cevico y Tórtoles y es la única de la zona con tal extensión aunque en Antigüedad hay otra menor.
Es disfrutaria de la misma la Marquesa Dª Carmen Maqueda, viuda del Marqués de Boecillo, Don Alfonso y tía del heredero, el Conde Orgaz.
Se accede a ella a través de un estrecho paso situado cerca del empalme (próximo al límite provincial con Burgos) en el que se nos avisa que se trata de una propiedad particular. Según nos adentramos en su interior se va ensanchando cada vez más.
La mitad de la superficie de la dehesa es monte en el que crece la sabina (en su mayor parte) aunque también hay encinas y robles. La otra mitad es terreno cultivable (cereales, fundamentalmente y remolacha). Los pastos han sido arrendados a un ganadero de Cevico.
Hubo una época en la que estuvo "perdida" pero la marquesa recuperó la finca con un administrador y varios trabajadores que comenzaron a labrar el terreno. Durante algunos años, debido a la calidad y cantidad de los pastos de la región, crió ganado vacuno. También llegó a criar faisanes. Hoy en día aún se conservan tanto los corrales como el criadero de faisanes.
En la actualidad es trabajada a renta por diez agricultores de Castrillo.
El arroyo de Valdefranco atraviesa la dehesa y hasta
hace menos de diez años los cangrejos crecían y se multiplicaban
en gran número. También hasta hace escasamente seis años
se veían ciervos en el valle. Hoy en día abundan mucho los
jabalíes.
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La casa de la marquesa, de piedra, se encuentra en el valle y junto a ella aún se conserva la ermita de San Pedro, aunque parte del tejado se hundió no hace mucho. Próximo al lugar, bajo el terreno, hay dos silos que en su momento fueron empleados como despensa.
Al llegar al límite de la dehesa, puede observarse un torreón usado para comunicarse mediante señas con otros torreones cercanos.