La desigualdad de la mujer
por Clemente Carrascal Campos (1983)
Nunca el hombre había pensado
en el valor de la mujer
secuestrada en el hogar
sin opción a ejercer.

Siempre como una condena
la mujer ha soportado
todo el trabajo más sucio
que el hombre ha proporcionado.

Hacer siempre la comida
como una obligación 
cuidar de hijos y marido
con cariño, y con amor.

Hoy todo está cambiando
existe más igualdad
y el hombre poco formal
tendrá que andar con cuidado.

Tienen cargos de abogadas
que merecen ser señoras.
También las hay diputadas
y por si algo les faltaba
también hay gobernadoras.

Las queda por exigir
y ya lo van consiguiendo
que el trabajo y el amor
hay que seguir compartiendo.
Si buscas felicidad 
a costa de la mujer
es mejor la soledad
porque la vas a perder.