A Clemente Carrascal Campos
Adiós, Clemen.
No, adiós no, hasta siempre.

Porque siempre estarás en nuestro recuerdo.
Inspiras afecto, simpatía, cariño.
Eres un hombre bueno y entrañable,
siempre de buen humor con los demás,
siempre con algo (o mucho) que decir,
(¡anda que te gustaba hablar!).
Con amigos por todas las esquinas,
jóvenes, medianos y mayores;
salías de casa y no sabías cuándo volverías.
Fotógrafo de instantáneas,
contador de recuerdos,
consejero de experiencias,
poeta de poemas íntimos,
y de entendimientos sensatos.
Siempre te recordaremos así.
Muchos años en el pueblo,
recorriendo la calle Real, o en la Plaza,
con tu cachaba, a comprar el pan.
Superando los achaques con optimismo,
aunque la procesión fuera por dentro.
Pero este invierno ha sido muy duro,
y tus 82 años eran demasiados.

Contigo se va algo del pueblo.
Adiós, Clemen.
No, adiós, no. Hasta siempre, Clemen.

Querido tío o Clemen; que así era como te gustaba que te llamaran.
Queremos dedicarte unas palabras, porque así te gustaba comunicarte, por escrito, para darte un adiós digno de ti.

Te encantaba recibir cartas, escribir poesías y hasta recitar prólogos de fiestas.

Por eso tus hermanos, sobrinos, cuñados, primos, amigos y demás familia, queremos tener tu recuerdo siempre vivo.

Aunque eras un poco gruñón, con los años te habías amoldado a nosotros y nosotros a ti.

Ahí estabas tú, cuando alguien necesitaba un favor y se lo podías solucionar, sentías felicidad al ver las familias unidas, aunque, ironía del destino, tu sino fue la soledad.

Estamos orgullosos de ti, sabías actuar en distintas situaciones y a nosotros nos cuesta salir de ésta.

Has dejado la casa muy sola y un vacío en nuestro corazón.

Allí donde estés, espero que te lleguen estas palabras de aliento. Estoy segura de que ya no estarás solo. Todos los seres queridos te esperan en el Cielo.

Descansa en Paz.

Francisco Azurza
Ana
Hoy Clemen, al recordar los versos 
de tus viajes, tus pueblos, y tus gentes
aquéllos que ofrecías complaciente
y algunos que escondías como presos

Ya me hubiera gustao juntarlos todos,
que el mundo supiera lo que se siente
cuando un hombre, su saber y sus modos
vive queriendo siempre y sonriente

Tu Real Madrid, tus partidas, tu radio,
tus fotos y tus cartas sugerentes,
tus cantes, los chavales a tu lado,

Tu generosidad siempre presente,
todo perdurará a nuestro lado.
Queda con Dios y hasta siempre, Clemente.

CAFÉ MATINAL 

Paseando por Donosti
Recuerdos afloran en mi mente,
A buscarme tú venias
Para tomar un café en la Consti.

Ya no pisaras más estas calles
¡ Qué pena que te calles !
Ya no pisarás más Castrillo
¡ Ay, menudo pillo ¡

Perdóname Clemente
Si no te ayude lo suficiente,
Si te defraude en tu mente
Perdóname sinceramente

En A. Machado me inspiro
Y de esta manera te digo
Que te fuiste y te diste el piro
Dejando familia y mas de un amigo

Clemente ya no hay mas camino
Un gran camino hiciste al andar
Y al volver la vista atrás
Te veo, y nunca más
Te he de volver a besar
Pero tampoco olvidar

José Antonio
Esther Moreno
Te has marchado sin hacer casi ruido
apenas como el agua de la fuente
pero nunca caerás en el olvido
porque tú nunca fuiste indiferente.
José Antonio
Amigo Clemen:
Me hubiese gustado escribirte en verso, pero sé que no estaré a tu altura, así que expresaré mis sentimientos de la forma más sencilla, escuchando al corazón y tratando de plasmarlo de la única manera que sé.
Nadie de los que hemos tenido la suerte de conocerte, puede quedar indiferente por su ausencia, pues son numerosos los recuerdos que dejaste en Castrillo y que siempre estarán en boca de todos. Saliste del pueblo pero siempre lo tenías en mente y a tu vuelta pusiste todo tu empeño en trabajar por él, sin esperar mas recompensa que la consideración y el cariño de los demás.
Hemos tenido muchísimos momentos de conversación, y quiero recordar tus peleas con el móvil. Tampoco podré olvidar, el día que en la Fiesta del Verano fuiste el Pregonero. Me dijiste que eras el hombre mas feliz del mundo. Aquel día todos fuimos felices, tú por algo que te hizo mucha ilusión y nosotros porque sabíamos que habíamos sido justos. No había nadie que se lo mereciese como tú.
Creo que con las anécdotas de todos, se podría escribir un libro sobre tu vida, pero sólo te quiero decir que puedes descansar en paz, porque lo que pretendías lo conseguiste. Te ganaste la consideración y el cariño de todos los que hemos tenido la suerte de compartir contigo buenos y malos momentos.
Clemen, siempre estarás en nuestro recuerdos.
Mariano Antolín Niño