Basándonos en el nombre de la villa (Villa de Conancio), puede verse un posible origen visigodo o mozárabe, lo cual no es extraño, pues muchas de estas villas cerrateñas fueron repobladas después de la ocupación musulmana (siglo VIII) por gentes huidas de la zona sur y levantina.
La villa estuvo amurallada, conteniendo dentro de su perímetro una pequeña fortaleza.
En el siglo XII se comenzó la construcción
de su iglesia parroquial de San Julián y Santa Basilisa,
edificada en estilo románico tardío y en la que aún
se conserva su doble ábside de connotaciones lombardas, a pesar
de haberse arruinado su antigua fábrica a mediados del siglo XIX.
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La iglesia en realidad es de moderna construcción;
fue levantada en 1905 excepto la parte del ábside en el que se conservan
los restos de la construcción románica.
En el siglo XVIII Villaconancio fue villa de señorío
secular, perteneciendo al Duque de Béjar y poco después al
Marqués de Peñafiel. En el siglo pasado, aparte de vivir
su población de la tradicional agricultura de secano y de la elaboración
de carbón vegetal, la villa tenía dos molinos harineros de
una sola piedra cada uno, y excelente fama en el contorno por la producción
de muy buena miel, cera y plantas medicinales.
En agosto se celebran las fiestas patronales de la Virgen de Mediavilla. |