Baltanás, la capital del Cerrato, es el pueblo de mayor superficie de la comarca. Cabeza de Alfoz y Cabeza de la Merindad del Cerrato, está asentada en la falda del "cotarro" de El Castillo. Fue poblado celta y romano, suponiendo que aquí estuvo ubicada la antiquísima Eldana, ciudad de los vacceos. La villa estaba amurallada en el siglo X, y tuvo varias puertas almenadas.
Don Alfonso V de Portugal, en guerra contra los Reyes Católicos, se apoderó del castillo de Baltanás en 1.475; pero, comprobando las dificultades creadas por los castellanos en las cercanas plazas de Palenzuela, Torquemada y Pampliega, retrocedieron hasta tierras zamoranas, siendo derrotado en la importante batalla de Toro. El conde de Benavente, en este episodio memorable, fue hecho prisionero por los lusitanos y la villa saqueada.
Baltanás alcanzó la cumbre de su grandeza
durante el reinado de los Reyes Católicos, quienes la otorgaron
títulos y privilegios.
Hoy en día fundamenta su economía
en la actividad agrícola y en la ganadería. Una Cooperativa
Ganadera fabrica de quesos de leche de oveja. A todo ello, se une una reciente
empresa de conservas y salazones, así como otra de muebles y una
cooperativa textil.
La villa conserva en la actualidad varias casas y
palacios blasonados del siglo XVIII, destacando entre ellos, el palacio
barroco del Hospital de Santo Tomás de Villanueva y la casona solariega
de los Inquisidores hermanos Calvo, más conocida por el "Cuartel
Viejo", al haber servido durante muchos años como cuartel de la
Guardia Civil; actualmente este edificio es de propiedad particular. También
sobresale el Convento de San Francisco (s.XVI - XVII).
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En la Iglesia parroquial de San Millán (siglo XVI), que destaca poderosamente entre el caserío, son de admirar su coro plateresco de afiligranada balaustrada, dos interesantes sepulcros góticos y un "Ecce - Homo" de Gregorio Fernández. Es una construcción de buena cantería que posee tres naves separadas por pilares cubiertos con bóveda de crucería estrellada en la mayor y simple o de terceletes en las laterales. Portada en el lado de la epístola, torre a los pies y cabecera cuadrada.
En el tesoro parroquial hay una muy valiosa cruz
procesional, obra de orfebrería palentina, de la segunda mitad del
siglo XVI. Retablo Mayor fechado en 1664, con lienzos alusivos a la vida
de San Millan de Felipe Gil de Mena
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La ermita de Nuestra Señora de Revilla,
data de los siglos XVII y XVIII. En el edificio, de una sola nave, destaca
el retablo mayor, presidido por la imagen de la Virgen de Revilla como
centro de un entrañable grupo escultórico, que representa
la huida a Egipto (talla del siglo XIV). En una hornacina, sobre el pórtico
de entrada a la ermita, aparece otra imagen de la Virgen Peregrina, tallada
en piedra.
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En septiembre (el día 8, las Ferias de Nuestras
Señora de Revilla) tiene lugar en esta ciudad un típico encierro
de toros.