Ganadería
Balbino Pérez
    Fundamentalmente predomina el ganado lanar (ovejas). Como muestra de ello es la gran cantidad de nombres de pastores:  Eusebio Muñoz Alejos, Julián Pérez, Balbino Pérez, Marino Pérez, Domingo Alejos, Clemente Arranz, Félix Pérez... 

   En tiempos hubo también mulas y rebaños de cabras. En la actualidad existen pequeñas explotaciones de cerdos.

   Muchas son las familias que tienen gallinas, pollos y conejos para consumo personal.

     Los pollos y gallinas se mantienen de cebada y pienso compuesto. Las gallinas vienen a poner un huevo diario. El cerdo come de todo. Las ovejas y las cabras son animales muy bien preparados para convertir la hierba en alimento (carne o leche). Las ovejas proporcionan lana. Los conejos se alimentan de cualquier clase de verduras o raíces comestibles. Hay que tener mucho cuidado con ellos pues son propensos a enfermedades.

Cómo desollar un conejo: Una vez que se haya matado al animal (mediante un golpe seco detrás de las orejas), se le hace una incisión en una de las patas traseras para colgarlo en un gancho boca abajo. Se va separando la piel de la carne tirando hacia abajo con fuerza. Retirada la piel, se le hace un corte en el vientre para sacar las vísceras.

Cómo matar y preparar una gallina: Sujeta la gallina por las patas, se le hace un corte en la cabeza para que se desangre. Una vez que ha perdido la sangre se le introduce en agua hirviendo para poder quitar las plumas con facilidad.
 

LA MATANZA
    La matanza era, entre todas las actividades domésticas, la más importante, no sólo porque era la que más participación requería, sino también porque garantizaba la alimentación familiar durante el año.

    Lo habitual era comprar uno o dos lechones para su ceba. Hoy día prácticamente nadie los cría, le compran de noventa o cien kilos para la matanza.

 
    Una vez destetado el lechón, a las pocas semanas de existencia, comienza a ser alimentado en la propia casa con restos de comida, hortaliza y cereal, intensificándose su ceba a finales de verano.

   Transcurrido prácticamente un año, el primer paso a seguir es elegir la fecha de la matanza que venía determinada fundamentalmente por el clima (son necesarias las heladas para que la humedad no perjudique a la carne). Actualmente también influye la disponibilidad de los familiares pues muchos de ellos viven fuera del pueblo. Si tradicionalmente se mataba por San Martín (11 de noviembre), ahora se suele retrasar hasta las vacaciones de Navidad.

    La víspera se preparaban los instrumentos necesarios como artesas, calderas, cuerdas, cuchillos, etc. obligando al cerdo a ayunar para mantener limpias las tripas.

    El día elegido se coloca al cerdo sobre un banco (el tajo) y se corta con un cuchillo una de las arterias para que muera antes y se desangre mejor. Una vez muerto el animal se le baja del banco para chamuscarlo con "paja de rastrojo", y posteriormente se lava y se raspa con una piedra áspera.

    Limpio el cochino se le dan dos cortes que van desde el morro inferior hasta el ano, se le introduce una cuerda por el hueso sacro del espinazo y se le cuelga para poder sacar todos los intestinos y el hígado. Las tripas, sacadas a mano para no romperlas, se lavan seleccionando las más anchas que se cosen en trozos para hacer morcillas y las estrechas que se meten en sal y orégano. El resto de las vísceras también se sacan, se lavan y se cuelgan.

    Ese mismo día también se elaboran las morcillas con cebolla frita, arroz cocido, la sangre y la grasa del cerdo picada, condimentándolo todo con orégano, clavo, pimentón dulce y picante, y comino. Una vez rellenas las tripas se ponen a cocer y con ese mismo caldo y restos de morcilla, aliñado, se elabora el denominado "chichurro", que se consume al momento.

    El animal permanecerá colgado toda la noche para que se enfríe esperando a la segunda jornada cuando se le destazará separando los jamones, solomillos y costillas. Con los dos últimos se hacen magras adobándolas con sal, ajos, pimentón picante y dulce, y orégano, y metiéndolas en ollas de barro con aceite para facilitar su conservación.

    Mientras se realiza el trabajo ese día se come el "entrijo" frito, que es la membrana que rodea los intestinos. Por otra parte, los chicharrones se acompañan con cabezas de ajos, poniéndolo en sal, y con las migas sobrantes se hacían tortas.

    El tocino es otro de los  productos de la matanza que se conservará todo el invierno en sal. El resto del cerdo, ya deshuesado, se pica para hacer chorizos. A partir de ese momento comienza el período de curación de la mayoría de los productos obtenidos de la matanza.