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El que la economía del pueblo se base en la agricultura, hace que la mayor parte de las casas estén concebidas con la estructura y servicios que son habituales en las casas de labradores de la tierra.
El barro sin cocer y el adobe todavía siguen siendo protagonistas pues aunque hay unas cuantas casas cuyas fachadas tienen un revoco de ladrillo u otros materiales sobre la estructura de adobe, la mayoría son edificaciones cuyas paredes están acabadas con barro mezclado con paja que dan impresión de antigüedad y falta de solidez. Sin embargo el adobe es uno de los aislantes térmicos más eficaces tanto para el invierno como para el verano.
Antiguamente las casas solían disponer de dos entradas, una puerta que servía de acceso principal y otra concebida para dar acceso a carros y ganado. El edificio dedicado a la vivienda puede constar de una planta o dos; la vida se realiza en la planta inferior y la parte superior, el desván, dedicado a almacenar trastos viejos, servía de aislante entre el tejado y la vivienda propiamente dicha.
Las antiguas cocinas "económicas o Bilbaínas", han sido sustituidas por cocinas de butano o eléctricas, pero aún son conservadas para otra función diferente; por ejemplo, como lugar adecuado para cura de embutidos.
La gloria es otra de las instalaciones peculiares
con que cuentan muchas casas del pueblo. Bajo el suelo hay un hueco por
el que se transmite el calor procedente de la quema de leña o paja.
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Algunas bodegas disponen de un pequeño espacio destinado
a merendero y desde el que parte una escalera bastante pronunciada hacia
el interior de la cueva, donde en recogidas y oscuras salas, reposan y
se crían los caldos contenidos en pequeñas barricas de roble.
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La cría de las abejas ha sufrido pocas variaciones, tan sólo la técnica ha sido la que ha permitido pasar de una forzada crianza estática (colmenares) a una móvil y rotativa (colmenas móviles).
En la calidad de la miel influye no solo las características
de los enjambres, sino también la gran variedad de plantas aromáticas
(romero, tomillo...). Es en otoño, octubre fundamentalmente, la
época en la que se recolecta tan apreciado néctar.
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Los corrales o tenadas se dispersan por los territorios de pastoreo. Eran cerramientos de forma rectangular, cuadrada o circular, algunas veces divididos en varios compartimentos, construidos a partir de muretes de piedra de páramo apilada con cierto orden constructivo.