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Justo Ortega Calvo nació en Castronuevo de Esgueva el año 1929, hijo de obrero del campo, a los 6 años fue a la escuela y salió de ella a los 14 años, así eran las leyes que existían por entonces. Sólo usó los libros en los 8 años. Estos libros se les dió primero un primo suyo que era 20 años mayor que él y eran los que su primo había llevado a la escuela 20 años antes, eran el primer grado y el segundo. Algunas lecciones no se las enseñó el maestro, le decía esto no te hace falta, claro para coger un azadón no hacían falta lecciones. Cuando cumplió los 14 años dejó la escuela y cogió el azadón como hacía el 90 % de todos los alumnos. Tenian dos viñejas y ese fue su primer trabajo, ir a labrar las viñas, con el azadón , las alforjas para lllevar la comida y un cacho de manta porque iba todo el dia. Así recorría los tres km. que había desde el pueblo a las viñas, cuando arreglaba la suya iba a trabajar para alguno que le llamaba, trabajaba por su cuenta, según las cepas que hiciera así le pagaba,. Por entonces por el año 1943, ganaban los obreros 9 pts. y el por su cuenta ganaba 10 ó 11 pts., así que estaba tan contento con su oficio pero tenía que sudar para ganar el pan.
Después fue a trabajar para el amo donde trabajaba su padre, iba a escardar (cortar cardos de los trigos) con una cuadrilla de mujeres que eran las que hacían estos trabajos: escardar, arrancar legumbres, coger gavillas y otros trabajos. Después fui a las viñas con otros tres obreros eventuales. Las labores de las viñas se hacían de noviembre hasta marzo, de marzo en adelante hacíamos otros trabajos como hacer arroyos y otros trabajos de temporada.
Un año antes de ir a la mili me hicieron fijo, iba a arar con un par de mulas, cuando llegaba mayo empezábamos a hacer dia y medio que se decía, se madrugaba y al medio día se venía a comer a casa y por la tarde otra vez al trabajo, hasta que se mería el sol. Cada semana hacíamos uno cuadra que se decía que era cuidar al ganado antes de ir a trabajar y por la noche a hecharles otro pienso, yo estuve con las mulas unos 6 meses después trajo el amo otro tractor y me mandaron a mí con él, fue también antes de ir a la mili por el año 1950, entonces en el pueblo se labraba el campo casi todo él con mulas.
Donde yo trabajaba era la labranza más grande del pueblo. Mi amo era ingeniero, jefe de la sección agronómica de Valladolid. Hizo experimentos con muchas clases de trigo, sembró sorgo, lino, algodón, patacas para los cerdos, que también tenía bastantes, también tenía ovejas caracules, que mataban los corderos a los 4 días de nacer para aprovechar la piel que tenían la lana muy rizada y pasando esos días perdía su valor, la carne nos la vendía a los obreros.
Trabajos que hice yo en el campo o herramientas que usé: el azadón, la azuela ara escardar, la vinadera para marcar remolacha, el hocino para coger gavillas y segar alguna ladera a mano, la gavilladora con mulas, la atadora con el tractor, y por el año 1955 con una cosechadora que fue la primera que hubo en el pueblo, recuerdo que me mandó el encargado (porque este señor tenía encargado para la labranza) y me mandó con la cosechadora a segar lino. Empecé a segar y a los 10m. se paró con un golpe fuerte la máquina, me bajé y vi que no había tirado nada de paja por atrás, se había enredado todo a los ejes como hilos y tuve que estar mucho tiempo para limpiarla, máquinas de empacar, alfalfa de sembrar, de tirar abonos, la trilladora, que se traía la mies a la era y lo trillábamos con la máquina.
Toda la maquinaria agricola la arreglaba yo y bastantes pegas que tenían los tractores y otros motores que tenía para regar.
El año 1956 se empezó a traer el herbicida a los trigos para matar los forrajes, creo que fui yo el primero que tiró el herbicida, lo estuve tirando por Salamanca, Palencia y Valladolid, recuerdo que cuando estaba en Salamanca me dijo un hombre que me iban a matar las mujeres, porque iba yo a quitar el pan, con aquello se acabaron las escardadoras, pero no pasó nada, cuantos más adelantos había mejor se iba viviendo y se trabajaba menos. Aunque fui yo todo el tiempo con el tractor también tuve que trabajar bastante y calarme muchos días, todos los inviernos que era cuando se cogía la remolacha, me tocaba con otro compañero llevarla a la estación de Valladolid y había que trabajar bastante para cargarlo y descargarlo a los vagones y calarnos muchos días porque el tractor no tenía cabina y llovía y nevaba mucho los inviernos por aquellos años. Los veranos también tenía que trabajar. Además de conducir el tractor tenía que subir con la orca la mies al remolque. Haciendo este trabajo me hice daño en la columna vertebral y tuve que dejar el trabajo del campo. Estuve 20 años trabajando en el campo y todos en la misma casa, mi padre trabajando más de 35 años hasta que se jubiló.
Como tuve que dejar el campo porque me molestaban mucho los golpes del tractor, puse un bar en el pueblo y estuve 9 años, le cerré porque no podía atenderlo. Después seguí en el mismo local vendiendo pan, leche, vino y alguna cosa más y así fui tirando hasta el año 1994 que me jubilé.
Como con la tiendecilla me sobraba mucho tiempo lo dedicaba a hacer algunas cosillas, nunca me he visto parado, hoy todavía a los 71 años sigo haciendo todo lo que puedo. Hago las comidas para mi hermano y para mí, después empleo casi todo el día haciendo alguna cosa, llevo 35 años haciendo las labores de la casa.
Como he dicho que me sobraba tiempo con la tienda me puse a pintar, a disecar animales, y algún trabajillo de carpintería, todo lo que he hecho a sido a mi aire sin que me haya enseñado nadie. En la pintura compré algún libro pero no he hecho caso en lo de envolver la pintura y por eso están los colores un poco desentonados. Empecé a pintar a los 57 años, he pintado unos 250 cuadros, vender no he querido venderles, he vendido media docena por compromiso, he dado también unos 50 cuadros a los primos y algunas amistades, bueno llenamos la boca de que damos, y más bien lo que hacemos es pagar favores.
Cuando iba a la escuela de chico tenía mucha curiosidad por todas cosas , casi todos los trabajos que veía los hacía después, venía el hojalatero, le veía hechar laña en la media fuente, el culo de una herrada, lo que no podía hacer era estañar los cacharros, también veía a gitanos o quinquis que acampaban a las afueras del pueblo, daban la vuelta al pueblo pregonando su trabajo y los cacharoos que recogían les llevaban a arreglar, los quinquis cuando llegaban al pueblo recogían todos los botes de conserva vacíos que estaban tirados a las afueras y como la junta del bote estaba estañada, hacían una hoguera hechaban los botes al fuego y las gotas de estaño caían al suelo, que ellos después de apagada la lumbre buscaban entre las cenizas y con eso estañaban los cacharros.
Me han gustado mucho los animales, de chico nos ibamos al campo a buscar nidos, a coger pájaros con ballestas, yo hacía ballestas para cogerles, hacía alpargatas de todo lo que veían mis ojos, también dibujaba en casa, el maestro no llegó a verlo porque en la escuela no se daba dibujo, después de mayor quemé todos los dibujos que había hecho porque no quería verlo, se salvaron solo tres por estar metidos entre las hojas de algún libro.
Cuando fui a trabajar al campo me hice mucho más cazador, cogí perdices con ballestas y en los nidos, liebres, conejos y raposos con lazos, un día estaba arando y estaba una marica hechada o incubando en el nido, la puse un lazo y la cogí, la tuve un rato en las manos y le corté la cola para si la veía después, la solté y me quedé asombrado al verla a los cinco minutos otra vez hechada en el nido.
Lo que no pude coger nunca por más vueltas que lo dí fue al cuervo, el cuervo tenía la costumbre de ir donde habíamos estado comiendo a buscar alguna miga de pan o algún grano de cebada de la comida de la mulas con las que trabajábamos, los cuervos están siempre en parejas, cuando nos poníamos a trabajar al instante ya estaba la pareja buscando que comer. Hice una ballesta como para coger una gallina, la ponía todos los días, la disimulaba todo lo que podía, pero me cansé de ponerla y no logré cogerle, después he pensado que como ponía en la ballesta un caho de pan grande, diría el cuervo no tienes para ti y me pones a mí este cacho de pan, cuando llegaba el cuervo hacia el pan, daba un salto y ya no se volvía a acercar, yo creo que si le hubiera puesto un poquitín de pan o un grano de cebada a lo mejor le hubiera cogido, es el pájaro más astuto que he visto.
Como he dicho que con la tienda me sobraba mucho tiempo además de pintar también me dedicaba a la recria de aves como gallinas, perdices, faisanes, canarios, ocas, incubaba los huevos con una incubadora que hice yo, para unos 40 huevos de perdiz, también sacaba pollos de faisán y de gallina, crié conejos, caracoles, abejas y vendía la miel en la tienda.
Durante los 20 años que trabajé en el campo yo como la mayoría de los obreros pocos días completos descansábamos al año, porque el domingo que era el día de descanso teníamos tres viñejas ibamos a trabajar hasta las dos de la tarde, mi padre y yo, veníamos, nos afeitábamos cada ocho días, así que la tarde del domingo era la que descansábamos.
En el verano los 60 días que estaban estipulados para la recolección no descansábamos ni los domingos, sólo dos o tres fiestas que había más nombradas, como el 18 de julio, el día de Santiago. El primer verano que hice fue el año 1946 fue un año muy bueno y tuvimos 90 días de verano, trabajábamos unas 14 horas al día, yo ganaba 10 pesetas diarias así que gané 900 pts.. Vivíamos a base de hambre y miseria algunos fumaban colillas de los bares de Valladolid que cualquiera le traía, lo lavaban y se lo fumaban, yo ví una vez a un amo de este pueblo pedir un cigarro a uno de sus obreros y decirle el obrero al amo, es de colillas si le quieres, le dijo que sí y le ví fumarse al amo el cigarro de colillas conque piense usted en la clase obrera.
Aunque parezca que hay un error en cuando escribo
que ganaba 10 o 11 pts a las viñas cuando tenía 15 años,
como luego con 17 años ganaba la misma cantidad, trabajando mucho
más, pues es cierto, lo que pasaba es que por entonces hacían
lo que querían con los obreros y encima tenías que dar las
gracias.
El cotarro que hace para subir el pueblo es el cotarro
de San pedro, otro pago que hay hacia la fuente del piejo es el cementerio
de san Martín. Otro pago que está en el Km. 10 de la carretera
y el río es el pago de santa Marina. Le oí a mi padre que
estando un día arando otro compañero y él se encontraron
con una virgencilla de piedra, la guardaron en la alforja y cuando volvieron
no estaba la viergen, para mi que la escondería el compañero
para después quedarse con ella.
Antes de traer el agua de Fuente-techa al pueblo que fue en el año 1917 iban a por ella allí con burros y los cántaros en la aguaderas, este agua era para beber y cocer las legumbres, para lo demás la sacaban del pozo, todas las casas tenían su pozo, y la mayoría de ellas tenían bodega debajo de la casa, no sé para que las usarían, porque para el vino estaban las otras bodegas en los dos cotarros que hay pegando al pueblo, hoy trasformadas en merenderos.
Había familias muy necesitadas que no tenían el pan que querían si tenían que haber cocido 4 veces al mes cocían 3, iban a pedir pan a las casas , que si nos da dos panes que vamos a cocer mañana y era mentira, cuando cocían si la cocedura eran 34 panes debían 50 y otra vez a las mismas a pasar hambre. Luego se quitó esa costumbre, se cocía y se quedaba el pan en la panadería si quedabas 35 panes en la panadería ibas cada día a por lo que necesitabas hasta que acababas con lo que habías dejado, luego volvías a cocer otra vez y la misma operación.
Para llevar por cuenta el pan que gastabas, se llevaba a la panadería una regla de madera (se llamaba tarja) en la que el panadero hacía una muesca por cada pan que llevabas. Todos los días tenías que llevar la tarja para que el panadero te apuntara el pan, por eso en el cuadro de la niña de la posguerra, la niña tiene la tarja en la mano.
El obrero del campo lo pasamos mal que yo recuerde los años siguientes a la guerra y por lo que a oí a mi padre mucho peor antes sobre todo los que tenían muchos hijos.
Antes comíamos los obreros en el campo aunque fueras a trabajar a 100 m. del pueblo tenías que comer en el campo para tener cuidado del par de mulas con el que estabas trabajando.
Oí decir a mi padre que algunos obreros iban al campo y no llevaban que comer, al mediodía venían por el camino al encuentro de la mujer que le llevaba algo, lo que fuera y si había encontrado pan por el pueblo como ya he dicho que se repartía el pan, otros que casi no llevaban también que comer no se sentaban, como acostumbraban a sentarse juntos para comer, se colgaban las alforjas al hombro y alejaban andando para que no vieran lo poco que llevaban.
También recuerdo que hubo jornaleros que no descansaron un día completo en toda su vida, sólo cuando ya no podían trabajar por ser viejos, iban a trabajar todos los días para el amo en el buen tiempo, se iban a su viña al ser de día, un rato antes de ir a trabajar para el amo, mientras el descanso de mediodía también otro rato a su viña, iban corriendo con el burro para no perder tiempo por que estas personas que hacían esto sí tenían burro y no tenían que andar 2 o 3 km. que había del pueblo a las viñas, como digo no descansaban más que el domingo un rato por la tarde porque los domingos también había que ir a trabajar hasta las dos de la tarde, también teníamos dos viñejas, pero no íbamos como los otros mientras mediodía, mi padre era fijo con un par de mulas y yo también y nos pillaba el trabajo por otras partes donde no estaban las viñas porque las viñas estaban todas en un valle que hay detrás de las cuestas que pegan al pueblo.
Algunos de los obreros del campo no dejaban de trabajar
ni el día que bautizaban a un hijo, recuerdo cuando yo era monaguillo
que algunos niños llegaban a la iglesia sin padrino, el Sr. Cura
cogía a uno de los monaguillos y le ponía de padrino para
poderle bautizar.
Como decía de los obreros fijos y eventuales,
los fijos les pagaban todos los días. En el invierno que llovía
tanto les empleaban en sacar los apriscos (la basura de las ovejas) o arreglar
los yugos de uncir el ganado (el par de mulas) u otros trabajos de por
casa. El eventual si llovía no ganaba el jornal (por eso al eventual
se le llamaba jornalero), yo oí a mi padre que cuando era jornalero,
un año el mes de diciembre había ganado cuatro días
y había venido del campo muchos días calado sin haber ganado
nada. El jornalero tenía estipulado el trabajo, por ejemplo
para ganar el jornal tenía que hacer 120 cepas (descubrir 120 cepas
de la vid, alumbrar que se llamaba) en el invierno, si llegaba a la viña
hacía 50 cepas y se ponía a llover, no ganaba el jornal y
venía calado a casa, volvía otro día y le pasaba lo
mismo y otro lo mismo, les pagaban por meses, al mes iban a cobrar lo que
hubiesen hecho de labor, contaban las cepas, las dividían entre
120 cepas por jornal y eso era lo que cobraban al mes.