Las arañas chupa - tintas
 
ENTRADA

(VOZ DE LOS MEDICAMENTOS)

¡¡Advertencia!! La historia que contiene este escenario está protegida contra los últimos sistemas de pirateo, prohibida su copia así como la difusión en lugares públicos o en fiestas de verano.
Todo esto está regulado por la ley 4188/33, es decir, por la guardia civil de Cevico.

(VOZ DE DOCUMENTAL)

La idea de esta historia surgió con la gran acogida por parte del público más joven de nuestro pueblo al hacer entrega en las fiestas del año pasado del cuento de “Los tres cerditos”.
Este año, con un proyecto más ambicioso, “La Compañía Joven de Castrillo” ha dado vida a lo que fueron unas marionetas de cartón convirtiéndolas en unos personajes animados que mostraran como nuestro pueblo perdió su historia, y como unos niños, Mario y Neta, hicieron para recuperarla.
Con todos ustedes “La Compañía Joven de Castrillo” les ofrece:

LAS ARAÑAS CHUPA-TINTAS

(SALEN LOS DOS ROMBOS Y LA CHICA STRIPPER)

Voz: Pero qué pasa aquí!!!!
Rombos: Las imágenes que van a ver a continuación pueden herir la sensibilidad de los espectadores.
Voz: Un momento!!
Rombos: Historia no recomendada para menores de dieciocho años.

(MUSICA Y DESNUDO) 2 MIN.

Voz: Seguridad, por favor.

(SALEN A PALOS EXPULSADOS POR LOS AGENTES DE SEGURIDAD)

Voz:  Ahora sí, “Las arañas chupa-tintas”.

(SALEN MARIO Y NETA)

Mario y Neta: Tú me das cremita, yo te doy cremita, aprietas el tubito y sale bien fresquita...
Mario: Ohhhhh!!! Neta!, Neta!, ¿has visto qué de gente hay hoy aquí?.
Neta:  ¡Ah, claro! Qué dezpizte!, ez que hoy habiamoz quedado con toda ezta gente aquí en la plaza para contalez una hiztoria, ya zabez, nueztra hiztoria, la que noz pazo no hace muxho tiempo en un pueblo como ezte vueztro, como Caztrillo de Don Juan, ¿queréiz oirla?...

(RESPUESTA DEL PUBLICO)

Mario:  Bueno, vale, pero antes nos vamos a presentar, yo me llamo Mario, tengo 12 años y me encantan los bocatas de Nocilla con chorizo.
 Ella es mi amiga Neta y de ella los que más me gustan son sus... COLETAS!.
Neta:  Poz zi, zoy Neta, tengo 10 añoz pero cazi 11 porque mi madre dice que zoy muy madura.
Mario:  Anda, ¡cállate!, ¡pedorra!. No empieces a marear a este público con tus tonterías.
Neta: ¡Qué grozero erez Mario! Bueno, ¿Quién empieza a contar la historia? ¿Tú o yo?.
Mario:  Pues ninguno de los dos. Todo el mundo sabe que en es que en este tipo de historias empieza a hablar una voz que nadie sabe muy bien de donde viene ni de quien es, más o menos como esta, mira, mira y escucha...

(MUSICA Y EMPIEZA EL NARRADOR)

Corría el mes de Julio en nuestro pequeño pueblecito, un pueblecito céntrico de Castilla y León que se llamaba..., la verdad es que nadie sabía muy bien como se llamaba, ni los más ancianos del lugar recordaban el nombre.
Nuestra historia comienza como todas las buenas historias, con la llegada del protagonista.

(APARECE NETA POR UN LATERAL)

Neta: ¡¡¡ Uno de loz protagoniztaz !!!

Vale Neta, uno de los dos protagonistas de la historia...
Pues eso, que llegó al pueblo un niño nuevo con su familia. Este forastero nuevo se llamaba Mario y desde el primer momento se hizo muy amigo de su vecina Neta, una niña que iba siempre con sus dos coletas y que no olvidemos es nuestra segunda protagonista.

Neta: Ezo, ezo, ¡muchaz graziaz!

Mario era un niño muy inquieto y todo lo quería saber, así que nada más instalarse en su casa nueva le pidió a su nueva vecina Neta que le enseñase el pueblo.

Mario:  Bueno, bueno, yo ya he vivido en varios pueblos y ciudades distintas, unas más bonitas y otras menos, y no sé..., este pueblo..., es muy pequeño, no hay muchos niños..., no sé si me va a gustar.
Neta: ¡Ah! ¡Puez que zepaz que ezte ez el pueblo máz bonito del mundo mundial! ¡Tenemoz un montón de zitioz para divertirnoz y zi hay niñoz!
Mario: Sí, sí, seguro.
Neta: ¿Quierez que te enzeñe el pueblo? Ademaz podríamos llamar a todoz miz amigoz y juntoz ver el pueblo, ¿te atrevez?.
Mario: ¡Pues claro! ¡Venga, te echo una carrera!
Neta: ¡Trampozo! ¡Haz zalido con ventaja!

(SALEN CORRIENDO)

(NETA, MARIO, UN GRUPO DE NIÑOS Y NIÑAS)

Neta:  ¡Mira Mario!, te voy a prezentar a todoz miz amigoz. Ezton zon: Rover y Merzedez, los hijoz del mecánico de cochez, ezta zon Blanca y Roza, laz hijaz del pintor y falta Magdalena la hija de la...
Mario: No me lo digaz, no me lo digaz, Magdalena ez la hija de ¡la panadera!
Neta: ¿Cómo lo haz zabido?
Mario: No, por nada, por nada.
Neta: Bueno Mario, ya conocez a todoz miz amigoz, ¿qué te parece zi entre todoz te enzeñamoz el pueblo?
Mario: ¡¡Vale!!

Y así todo el grupo de chavales se fueron a mostrar los lugares más importantes a Mario, que con lo curioso e inquieto que era nuestro amigo estaba deseando conocer hasta el último rincón de aquél pueblecito que poco a poco le iba gustando cada vez más.
Los niños decidieron empezar por las afueras del pueblo, exactamente por un lugar al que todos llamaban “PRAO”, donde había un gran frontón, una arboleda, un campo de fútbol y unos vestuarios a medio construir aún.

Mario: ¡Vaya, por aquí hay un río!
Neta: Zí, ze llama... bueno, la verdad ez que nadie ze acuerda de cómo ze llama el río.
Mario: ¡Cómo que no sabéis como se llama el río que pasa por vuestro pueblo!
Neta: Pues ez que... ¡Ay! ¡Corre Mario que ya llegamoz al primer lugar que te queríamoz enzeñar!
Blanca: Mira Mario, este es el Prao. Aquí bajamos con las raquetas a jugar a frontenis y eso es un campo de fútbol donde echamos partidos. Los jóvenes juegan una liga contra los pueblos de por aquí cerca y ¡al año que viene vamos a ser campeones!
Neta: ¡Uy, no ze, no ze! Ez que loz jovenez ya eztan un poco cazcaoz, ya zabez, ze hacen viejoz y...
Rosa: Mira Mario y en esa arboleda se suelen montar unas comidas en fiestas... Hace poco disfrutamos de una paella, ¡ummm! ¡qué rica estaba!. La gente baja aquí y comemos todos juntos, cantamos bailamos y lo que haga falta porque nuestros papas después de unos vinitos están muy, pero que muy, contentos.
Mario: Pues si que hacéis cosas en este lugar.
Violeta: ¡Ah! Y no eso no es todo, aquí hemos bajado por la noche con un profesor de matemáticas que nos enseñó...
Mario: ¡Las tablas de multiplicar!
Violeta: ¡No! Algo mejor, nos enseñó las estrellas y ahora ya sabemos cuál es la Osa Mayor, la Osa Menor y la Estrella Polar, por si un día pierdes el Norte. ¡Hasta sé dónde está mi signo del zodiaco!
Mario: Y eso que está ahí a medio construir ¿qué es?
Rover: Son unos vestuarios para el campo de fútbol. Aunque hablando de construir, lo que van a hacer son las piscinas para el año que viene.
Neta: Ya, ya... ¡Dezde que eztaba en la barriga de mi madre dicen que van a conztruir laz pizcinz el año que viene y todavía lo ziguen diciendo!
Mercedes: Bueno, ¿qué os parece si del Prao pasamos a enseñarle a Mario el “PRADILLO”?
Mario: Vale, venga, ¡echemos una carrera!. ¡Cara sapo el que llegue el último!

Y así todos los niños llegaron corriendo al Pradillo donde se pusieron a explicar a Mario aquel lugar.

Mercedes: Este es el Pradillo. Por aquí han ido pasando todos los niños del pueblo porque están las escuelas. Venían todos los niños, unos 100 o más, ahora quedan muy poquitos.
Rosa: Pero los que venían hace tiempo les cogieron mucho cariño porque ya de mayores siguen viniendo por aquí.
Mario: ¿Los viejecillos al colegio?
Rosa: ¡No, hombre, al colegio no! Vienen aquí a un centro de reunión de la tercera edad. Ya ves, yo que estoy deseando que se acabe el cole y ellos que ¡siguen viniendo a su antigua escuela!
Mario: Oye, y... ¿quién construyó estas escuelas?, parecen antiguas.
Neta: Puez la verdad ez que nadie en el pueblo lo zabe.
Mario: ¡Cómo que nadie lo sabe! ¡Pues se busca en los libros!
Neta: Ya, pero ez que nueztroz libroz..., ez una larga hiztoria. Pero ven, que te vamoz a enzeñar las bodegaz, ez un zitio muy, muy vizitado por todoz y tienen mil hiztoriaz que contar.

Y mientras los niños andaban por la calle Real encontraron a una incansable mujer que de sol a sol barría la puerta de su casa sin parar. Ella y su escoba eran inseparables.

Mario:  ¿Y esa mujer qué hace?
Blanca: Esa mujer es Doña Clotildita la Impaciente. ¿Ves como tiene la escoba?, pues aunque tiene tres pelos mira como deja el suelo, ni un papel, ni una colilla, ni una mota de polvo, solo esas miguitas de pan que echa a los pájaros cada mañana y les tiene bien enseñados porque ninguno se atreve a hacer “po-po” o “pi-pi” porque Doña Clotildita la Impaciente entonces se convierte en Doña “Clotil-man” que armada con su escoba acabará con esos pájaros.
Pocholo: ¡¡¡SSSUCIOSSS!!! ¡¡¡INSICEROS!!! ¡¡¡DONDE ESSSTA... MI MOCHILA!!!
Mario: Así que se pasa el día barriendo y dando de comer a los pájaros limpios y educados.
Neta: No, no, también compra chope para zuz cinco mil uno cientoz trez mil gatoz, ¡o máz!, en la tienda de la señora Gozimolaz, que aunque no tenemoz mucha paga al final ella ze queda con toda.
Rosa: Es que, ¡qué cara está la vida con esto de los euros!
Todos: Sí, sí, es verdad.

Y andando y andando los chicos llegaron a las bodegas.

Mario: Y aquí, ¿qué hacéis?, ¿qué tienen estos agujeros de interesante?.
Neta: ¡Uy!, ¡si laz paredez hablaran!. Y aunque no te lo creaz ezto ez lo que máz vida le da al pueblo, uno de loz lugarez, por no decir e que máz, vizitado por todoz.
Mercedes: Aquí se organizan almuerzos, meriendas y cenas. Se comen chuletillas, latillas, cacahuetes, chorizo, tortillas, panceta ... ¡La dieta mediterránea!. Y sobre todo se habla, se habla mucho.
Neta: A mi madre una vez le picó un mozquito en la barriga y ze lo contó a zu vecina, ezta fue a merendar a la bodega y ya ze habló de que tenía un quizte, loz de la bodega de al lado ezcucharon que era un cáncer maligno, al anochecer en la plaza ze comentaba que eztaba de nueve mezez, el niño se llamaría Benigno y como iba a nacer en Agozto zería cáncer. A la hora de cenar me zubí a caza corriendo porque mi madre había roto el agua y yo tenía un hermanito baztardo porque no podía zer de mi padre que era imponente o algo azi. ¡Qué lío!
Blanca: Los jóvenes suben todas las noches con la poción mágica que les vende la Señora Gosimola.
Mario:  ¿Una poción mágica?
Rosa: Sí, sí, porque cuando tomas esta poción ya no paran de saltar, cantar, decir tonterías y reírse hasta que sale el sol.
Mario: Y ¿cómo se llama?
Neta: Algo azi como trocomocho, cazichocho...
Mercedes: ¡Ahhh!, ¡lo que ha dicho!. Se llama calimocho, ¡bobas!. Mi hermana mayor me lo ha dicho. Aunque debe de estar un poco malo porque a veces lo vomitan.
Mario: ¡Puajjj! ¡Qué asco! Oye, y ¿quién construyó estas bodegas?, ¿cómo las construyeron?
Neta: La verdad ez que nadie lo zabe muy bien, hay una canción dedicada a laz bodegaz que habla un poco zobre ellaz y ezo es lo único que zabemoz de ellaz. ¿Podríamoz cantar un poco, verdad?.
Todos: ¡Sí, sí!

(CANTAN)

Neta:  Ez bonita, ¿verdad?. La compuzo un chico del pueblo que tiene como nombre artíztico: “El compozitor de la ley”. ¡Ayyy, ez tan guapo!
Rosa: ¡Pero Neta!, a ti te queda un poco mayor, si... ¡tiene hasta barba!
Neta: Zí y le da un aire tan interezante... Chica, ¡en el amor no hay edad!
Blanca: Bueno, vamos a dejarlo que Neta se enamora del primero que ve. ¿Qué tal si bajamos a Mario al lugar más importante y principal del pueblo? Estoy hablando de la plaza, claro.

Y así todos los niños bajaron, al fin, a la plaza.

Neta: Ezta ez la plaza del pueblo, Mario. Ezte ez el centro de reunión de todo el pueblo en loz grandez acontecimientoz. Aquí ezta la iglezia, el ayuntamiento... Aquí empezamoz y terminamoz trez grandez fieztaz que tenemoz al año, la de Zan Antonio que ez el patrón del pueblo.
Mario: ¿Y cuándo es?
Blanca: Es el trece de Junio, cuando ya empieza a hacer calor. Luego están las de verano que se dedican a los veraneantes que vienen y suelen coincidir con el segundo fin de semana de Agosto y las del niño, que son el dos de Enero, para empezar el año con mucha fiesta y alegría.
Margarita: En estas fiestas parte de aquí la maratón, se hacen los juegos de los niños y por la noche la verbena, ¡todo el mundo baila sin parar!
Rosa: Pero se os ha olvidado una de las fiestas más importantes y donde mejor se lo pasan nuestros hermanos mayores cuando son quintos.
Mario: ¿Quintos? ¿Qué es eso?
Neta: Quinto lo erez cuando tienez  dieciocho añoz. Ze juntan todoz los chicoz y chicaz con eza edad y ze vizten con un mono, una cachaba y una boina de donde cuelga un pájaro muerto que ze cambia por una ezcarapela el día de Año Nuevo.
Mario: ¿Y qué hacen esos días?
Neta: Puez comen juntoz, cenan junto con loz quintoz viejoz el día treinta y uno y juzto antez de que zean laz doce cantan unaz cancionez que inventan loz díaz anteriorez, que hablan zobre loz acontecimientoz que hayan zucedido durante el año, en el pueblo. Es muy divertido, aunque hay gente que a vecez ze enfada un poco pero hay que tomarzelo con humor.
Mario: ¿Y cómo son esas canciones?
Neta: ¿Le cantamoz algunaz?

(CANTAN)

Mario: ¡Oye¡, y ¿desde cuando tenéis esta tradición?
Neta: Ez que... tampoco lo zabemoz.
Mario:  No entiendo eso de que no sepáis muchas cosas sobre el pasado de vuestro pueblo, con lo interesante que parece... Por cierto ¿y esa fuente?, ¿quién es esa mujer?
Rosa: Es la segadora, la diosa Ceres, el emblema del pueblo. Una fuente de la que han bebido, yo creo que todo el pueblo, durante varias generaciones. La remodelaron hace poco porque no siempre ha sido así.
Mario: ¡Ah, sí!, ¿y cómo era?, y no me volváis a decir que no lo sabéis, algo raro pasa aquí ¿no?
 Neta: Puez tampoco lo zabemoz, pero no porque no queramoz zino porque no podemoz ni ziquiera averiguarlo. Veráz ez una larga hiztoria que ocurrió hace muchoz añoz, ¿quierez que te la cuente?
Mario: Sí, sí, por favor.

(NETA SE DIRIGE AL PUBLICO)

Neta:  ¿Y vozotroz? Zí, zí loz de detráz de la zábana, ¿queréiz que oz contemoz la hiztoria?

(RESPUESTA DEL PUBLICO)

Neta: Puez ze cuenta que, una noche hace máz de cien añoz, el pueblo y los alrededorez habían zido invadidoz por unaz arañaz muy ezpecialez, laz temiblez ... ¡¡ARAÑAZ CHUPA-TINTAZ!!.
 Llegaron por la noche y a la mañana ziguiente el pueblo ze había quedado zin hiztoria, zí, zí, azí, de la noche a la mañana el pueblo ze quedó zin recuerdoz. Todoz loz libroz fueron atacadoz por eztaz arañaz que abzorvieron hazta la última gota de tinta de zuz páginaz, quedando en blanco y loz pocoz ancianoz que aún recordaban algo de laz hiztoriaz ya habían fallecido. Así que ze podía afirmar que aquél pueblo era un pueblo literalmente en blanco.
Mario: ¡No me lo puedo de creer! Esto es...
Bisbal: ¡¡IN-CRI-IBLE!!
Mario: Este pueblo, de repente, me gusta mucho más. ¿Y qué sabéis de esas arañas chupa-tintas?
Neta: La verdad, ez que no mucho máz, todo el pueblo aceptó lo que zucedió aquella noche y noz rezignamoz a vivir azí, zin recuerdoz. En otra época quizaz con la tradición oral de contarze hiztoriaz de abueloz a padrez, de padrez a hijoz y azí zucezivamente de generación en generación, la hiztoria del pueblo no ze hubieze perdido, pero con la televizión y el ritmo de vida de ahora no dedicamoz mucho tiempo a hablar entre nozotroz y todo nueztro pazado ze ha ido perdiendo. La gente mayor cazi ni ze acuerda y ezo de loz que todavía quedan. Ez una pena tener un pueblo zin memoria, en fín, ya no ze puede hacer mucho máz.
Mario: ¿Cómo? Mira, me acabáis de enseñar lugares de este pueblo y con lo poco que me habéis contado de él me ha encantado. Imaginaos las miles de historias que debían de haber en esos sitios, ¿de verdad que no os pica un poquitín la curiosidad por conocerlas?, ¿de verdad que no queréis saber como vivían vuestros bisabuelos, vuestros tatarabuelos y vuestros tatatararararabuelos?, ¿cómo se vestían, a qué jugaban, qué música les gustaba, en qué trabajaban, que comían, como eran sus casas...?
Neta: Vale, vale, ya lo he cogido, ¡no zeaz pezado!
Mario: Entonces, ¿quedamos esta tarde para averiguar más sobre esas extrañas arañas chupa-tintas?. Podíamos investigar sobre ellas y buscar una solución.
Neta: ¡Yo me apunto!

Mercedes
y Rover: Nosotros es que tenemos que ir al dentista esta tarde.

Violeta
Margarita: Yo tengo que ayudar a mis padres a abonar las rosas y los tulipanes con la abuela Petunia.
Rosa: Blanca, tú y yo tenemos que ir a ver a la tía Celeste.
Mario: Bueno Neta, entonces cuento solo contigo. ¿Quedamos en la plaza a las cinco con las bicicletas?
Neta: ¡Vale!

Después de comer, cuando el reloj de la iglesia daba las cinco campanadas que
marcaban la hora, los niños llegaban a la plaza puntuales.
Allí, en la plaza, también había un grupo de viejecillas que andaban hablando un ratillo
a la sombra.

Vieja 1: Y ese, y ese, ¿de quién es?
Vieja 2: ¡Ay!, no sé. No será el chico del cuñado del primo de la Señá Felicitas.
Vieja 3:  ¿Quién?
Vieja 2: Sí, sí, esa que tenía el hijo que se fue a Alemania y se casó con una chica separada con dos niños y que su cuñada trabajaba en el Carreful y metió a la prima, sí, es que era muy chiquitilla y menuda, de chica de la limpieza por enchufe, y que luego se arrejuntó con un chico del pueblo de al lado.
Vieja 1: ¡Ah, la que vivía en pecado! Ya, ya. Pues a mí se me parece al chico del que trabajaba en la ONCE y que luego no estaba ciego y acabó trabajando en la fábrica de mantas de Palencia.
Vieja 3: Pero entonces, ¿de quién es?. Oye majo, majo y tú... tú... ¿de quién eres?
Neta: Ezte ez nuevo Zeñá Engracia, ez un foraztero que ha llegado antez de ayer.
Vieja 1: Y tú majo, ¿dónde vives?, ¿quién es tu padre? y ¿tu madre trabaja?, ¿cuáles son tus ingresos anuales brutos?, ¿huís de alguien?, ¿tenéis algún familiar en la carcel?...

Los niños salieron corriendo.

Mario:  ¡Uff, Neta! ¡de la que me has salvado!, ¿quiénes son esas?, ¿policías?, ¡menudo interrogatorio!
Neta: Ya, pero ellaz dicen que no cotillean, zolo ze interezan zobre la vida de loz demáz. Eztán tdo el día impacientez ezperando a que llegue la hora de ir a por el pan, ¡allí zi que zon felicez!

Nuestros protagonistas cogieron la bici y se fueron al pueblo de al lado, donde la biblioteca no había sido atacada, para consultar libros de biología donde pudieran encontrar pistas sobre las arañas chupa-tintas.
Él y Neta devoraron libros cogiendo notas sobre las pequeñas, pero malvadas, arañas y al final de la tarde se juntaron para ver lo que habían podido averiguar. No era mcuho, pues los libros que hablaban sobre las arañas eran pocos, ya que eran una especie muy rara, exótica y poco frecuente.

Mario: Bueno Neta, después de todo lo que he leído, estoy muy preocupado.
Neta: ¿Por qué? Yo he aprendido que zolo atacan por la noche, que zon pequeñaz pero muy malvadaz...
Mario: Ya, ya, pero lo peor es que con la tinta de los libros de un pueblo pueden sobrevivir unos cien años y tú dijiste que atacaron hace....
Neta: ¡Cien añoz, Mario! ¡cien añoz! Están a punto de atacar otra vez el pueblo.
Mario: ¡Eso era lo que yo me temía!
Neta: Tenemoz hazta mañana por la noche, ¿qué vamoz a hacer Mario?
Mario: No sé muy bien que podemos hacer.
 

(CIRCO)

Presentador: ¡Niños, niñas, damas y caballeros, el Circo Internacional de las Estrellas ha llegado a su población, esperando que los espectáculos seleccionados sean de su agrado! Y para iniciar esta magnífica velada contamos con la presencia de la domadora “Húngara Gitana Melody”, con sus gorilas. ¡Un aplauso!

(MELODY SALE CON UN LATIGO Y LOS GORILAS)

Melody: ¡Soy una rumbera, soy una rumbera!

(MUSICA)

Presentador: Mágnifica la habilidad de esta niña gitana para domar a estas fieras. Y ahora, llegado desde Miami, nos honra con su presencia, “El Cautivador de Corazones”, todas las jovencitas tened cuidado con el vuestro, pues se rumorea que con sus rizos y piruetas a robado más de un millón de corazones, os dejo en las manos de David Bisbal. ¡Un fuerte aplauso!
Bisbal: ¡E increible Carlo!, ¡e increible!, ¡ave María purísima, e increible!

(MUSICA)

Presentador: Gracias David, ¡pero qué talento!.
 Presten atención, pues lo que le vamos a ofrecer a continuación es primicia en España, desde Irak : “los malabaristas de Sadam Hussein”, una pareja que divertía a Sadam en su palacio y que gracias a Bush se quedaron en para y tuvimos la suerte de contratarles. Para todos ustedes, la pareja iraquí. ¡Un fuerte aplauso!

(MALABARISMOS)

Presentador: Esto creo que se merece un aplauso mucho más fuerte. Gracias, muchas gracias a esta magnífica pareja iraquí.
 Bueno niños y en todo circo no puede faltar el payaso, y contamos con el mayor de los payasos del mundo, “El Payaso Bartolo”.

(HABLA BARTOLO Y HACE EL BOBO)

Durante una hora todo fue sobre ruedas, la actuación era un éxito y los espectadores no podían dejar de reír, bailar y cantar. Nunca en su vida habían visto algo tan gracioso como aquellos personajillos que iban saliendo, pero de pronto... todos los espectadores gritaron...

(GRITAN TODOS)

... ¡oh, no!, ¡qué cosa tan horrible!, nadie se lo podía creer y el pánico invadió la carpa. Antes de que los artistas pudieran reaccionar, en mitad del escenario apareció el bicho más feo y más temido que su imaginación pudiese concebir.

(CON VOZ DE PRESENTADOR)

Presentador: La más horrible, la más temible de todo el mundo animal. La más despiadada y cruel de todos los arácnidos del panorama actual, ella no tiene rival en lo que provocar miedo se refiere, es admirada por las más terroríficas arañas del mundo mundial y...

(UNA VOZ DE UN NIÑO)

Niño: Bueno, ¿lo dices ya?
Presentador: Vale, vale, antes ustedes hace su aparición la malvada y temida “ARAÑA PEPITA, LA ARAÑA QUE TEJIA MARGARITAS”

Los trapecistas, payasos, malabaristas y estrellas invitadas al espectáculo vieron como todas las butacas se quedaban vacías en un abrir y cerrar de ojos. Bueno, todas menos dos, porque allí, en la quinta fila, habían quedado dos niños, uno que se llamaba Mario y una que se llamaba Neta y tenía dos grandes... ¡COLETAS!.
Y era normal, porque Mario y Neta mientras habían estado en la biblioteca el día anterior culturizándose, acumulando sabiduría sobre arañas chupa-tintas, no solo habían aprendido un montón de cosas sobre ellas, sino también sobre muchas otras clases y especies. Y sin duda la araña que había en mitad de la carpa no era, ni se parecía, a una de esas chupa-tintas. Ambos reconocieron a la araña en seguida, sus siete patas peludas, sus ojillos rojos y hundidos a cada lado de una enorme mandíbula de la que salía un liquidillo viscoso y verduzco, la hacían fácilmente reconocible. Los dos niños se miraron y exclamaron a la vez.

Mario y Neta: ¡La araña Pepita, la araña que tejía margaritas!
Araña Pepita:  ¡Vaya! Veo que soy muy famosa, ¡y yo que creía que mis días de fama habían acabado!. Menos mal, porque sino me hubiera tenido que buscar un ejemplar cubano de estos, hacer un montaje y sacar millones en una de esas revistas como el National Geographic. Bueno, a lo que estamos, que yo estoy aquí para aterrorizar a todos.
Mario: ¡Pero si ya han huido todos despavoridos! Solo quedamos nosotros dos y la verdad... es que tanto miedo no nos das.
Araña Pepita: ¡Pero si no sabéis nada de mí! ¿y si fuera venenosa y os matara aquí mismo?
Neta: Ya, ya, puez rezulta que no, que zomoz unoz niñoz muy liztoz, zabemoz mucho zobre arañaz y tú de humanoz no te alimentaz precizamente.
Araña Pepita: ¡Ah, sí! ¿Y de qué me alimento, listilla?
Neta: Puez eztá claro, del miedo que provocaz a la gente cuando aparecez. Eztá claro que tu plato favorito zon cinco minutoz con una perzona con aracnofobia, ¿me equivoco?
Araña Pepita: ¡Ay, calla, calla! ¡Que se me hace la mandíbula agua! Y por cierto, vosotros no me gustáis nada, no habéis dado ni un grito.
Mario: Es que más que miedo nos das un poco de asco, con todos esos pelos y esas babazas colgando.
Araña Pepita: Bueno, ¡y qué! las arañas alemanas tampoco se depilan las patas y nadie les dice nada.
Neta: Oye, hablando de tuz pataz, ¿cómo ez que tienez ziete y no ocho como todaz laz arañaz?
Araña Pepita: ¡Ay! Esa es una desgraciada historia que me ocurrió hace un tiempo y que cambió mi vida por completo.
Neta: ¡Cuéntanozla, cuéntanozla! Al fin y al cabo nozotroz eztabámoz viendo el ezpectáculo del circo y tú lo has estropeado todo.Noz debez una.
Araña Pepita:  Está bien. Pues hace mucho tiempo, cuando yo era joven y lucía ocho hermosas y peludas patas, cuatro a cada lado de mi por aquel entonces negro y peludo cuerpecillo, estaba en un árbol tejiendo una hermosa y resistente tela de araña, de rama a rama. Por allí había un hombrecillo bastante rarito con unas tijeras de podar, con las que se disponía a cortar alguna de las ramas que ya estaban bastante largas.

(CANTA BARTOLO)

Araña Pepita: El hombre llevaba unas enormes gafas y aún así estaba medio cegato porque de repente... ¡classs!, con sus tijeras y su enorme torpeza me cortó mi pata, ¡buaaa, buaaa!
Neta: Tranquila Pepita, tranquila. Yo te veo muy... muy... terrorífica con tuz ziete pataz.
Araña Pepita: ¿De verdad?
Neta: ¡Que zi!
Araña Pepita: Ya, eso solo lo dices para consolarme.
Mario: Un momento, has dicho que estabas tejiendo una tela de araña en árbol y todo el mundo sabe que una araña como tú no puede tejer, solo podéis provocar miedo, con eso os basta.
Araña Pepita: ¡Vaya! Veo que no se te escapa una ¿eh?. Es que yo, antes no era la misma araña que soy ahora, cuando perdí mi pata fui expulsada de mi tribu, yo antes era... era.... una espléndida araña chupa-tinta.

Los niños se quedaron boquiabiertos y con los ojos como platos. Sin saberlo se habían
hecho amigos de una exchupa-tintas.

Araña Pepita: ¿Qué os pasa? ¿Porqué habéis puesto esa cara?
Mario: ¿De... de verdad, eras una chupa-tintas?, ¿y sabes dónde viven?, ¿podrías llevarnos hasta ellas?. ¡Es muy urgente!
Araña Pepita: Ahora creo que sois vosotros los que me tenéis que contar una historia a mí ¿no?. ¿Qué es lo que pasa para que queráis ir a verlas?
Neta: Ezaz arañaz zon laz rezponzablez de que mi pueblo ze haya quedado zin hiztoriaz que contar, han dejado zu pazado en blanco. Atacaron una noche hace hoy cien añoz y lo peor de todo ez que zegún nueztroz cálculoz, ¡ezta noche van a volver a atacar!. ¡Tenemoz que ir allí y ezterminarlaz para ziempre! Ez muy trizte no tener recuerdoz, ¿zabez?
Araña Pepita: Pero se os escapa un pequeño detalle chicos, todas las arañas no son malas, si las chupa-tintas lo son, es porque vosotros, los humanos les obligáis a serlo. Esas arañas no necesitan vivir chupando tinta obligatoriamente, es más, lo propio de las arañas no es chupar sino tejer, pero estas se vieron obligadas a cambiar su modo de alimentación para defenderse de los temibles humanos, que no hacían otra cosa que quitar y limpiar sus preciosas telas. Ellas se alimentaban de la satisfacción y orgullo que les provocaba tejer y ver como resultado esas telas tan cuidadosamente hechas, pero llegaban las mamás humanas con sus paños o sus escobas y en un segundo arrasaban sus laboriosas telas maestras. Las arañas, al no poder alimentarse así, buscaron una segunda opción que tampoco a ellas les gustaba mucho, ya que la tinta sabe peor que el orgullo. Aún así os llevaré a verlas. Hace mucho que a mí me echaron de su tribu y no sé si el lugar de reunión es el mismo que antes, pero lo probaremos. ¿Seguís queriendo ir?
Mario y Neta:  ¡Sí, sí!

Y así los dos niños, cargándose de valor, siguieron a Pepita para que le condujese hasta el lugar de reunión de las chupa-tintas. Ninguno de los tres sabía como recibirían las arañas a los niños, pero desde luego, de lo que sí estaban seguros tanto los niños como la araña, era que esa que sería la última oportunidad de establecer la paz entre las arañas y los humanos antes de que se cumpliera la amenaza de un nuevo ataque aquella misma noche a los libros, periódicos, enciclopedias, cuadernos, revistas.....del pueblo
Había que actuar con rapidez e inteligencia, pues si no, un nuevo desastre iba a ocurrir aquella misma noche. Todo estaba en las manos de Mario y Neta. Al fin, los tres llegaron a una arboleda que había en el Prao, donde todas las arañas chupa-tintas colgaban de los árboles, se veía que todo estaba preparado para el inminente ataque y por allí una araña, que debía de ser la jefa, daba órdenes a las demás:

Araña Jefe: Tú atacaras los periódicos y revistas de los bares y vosotros iréis a las escuelas, esas de ahí irán al ayuntamiento y vosotras... ¡ALTO! ¿Quiénes sois vosotros? ¡Pepita, qué de tiempo sin aparecer por aquí! Estás tan repugnante y fea como siempre, supongo que te irá bien asustando a la gente.
Araña Pepita: Gracias, sí que me va bien, pero es un trabajo muy duro, con tanto grito de miedo me dan unas jaquecas terribles chica.
Araña Jefe: ¡Oye, Pepita! ¿Quién son esos dos? Sabes que está prohibido tener ningún tipo de relación con los malvados humanos desde que estuvieron a punto de hacernos desaparecer. Acuérdate que estuvimos diez años en peligro de extinción por culpa suya. Aquí no son recibidos.
Araña Pepita: Pero espera, creo que te equivocas. Estamos de acuerdo en que los humanos pueden ser los más crueles y despiadados exterminadores de animales, pero ellos no son como los otros humanos. Quieren hablar con vosotras, quieren buscar una solución para que arañas y humanos puedan vivir en paz y armonía.
Araña Jefe: ¿Seguro? ¿No estarán armados con uno de esos aerosoles que matan arañas, moscas y mosquitos?
Araña Pepita: ¡Que no, de verdad! Verás, es que son dos niños del pueblo que atacasteis hace cien años y del que vais a atacar esta noche. Por eso vienen a encontrar una solución.
Araña Jefe: Bueno, por nosotras vale. Tampoco nos gusta ir a chupar-tinta, no está muy bien que digamos, lo nuestro era lo de tejer. Ganamos varios años el concurso de tejedoras de telas que se hace a nivel mundial entre todas las especies de arañas. Las chupa-tintas nos pegamos un buen atracón de orgullo en esos días. Pero si ¡supieseis niños todas las cosas horribles que gente como vosotros nos han hecho!, quemar nuestras telas con mecheros, pisarnos...

Mario y Neta escucharon cosas horribles, no se podían creer que los hombres pudiesen haber tratado a unos animalitos tan pequeños de una forma tan cruel, pero a pesar de esto ¿cómo iban a perdonar el hecho de haber dejado a su pueblo sin recuerdos?.

Neta: Ez muy trizte vivir zin zaber nada de tu pazado, zin zaber de tuz raícez, ¿zabez?. Todo ezo ya no lo podemoz arreglar, por ezo queremoz evitar que vuelva a pazar porque el pazado no ze puede cambiar pero zí el prezente.
Araña Jefe: Un momento, ahí te equivocas. Creo que no sabes todo sobre nosotras. Resulta que vuestro pasado no está del todo perdido, ya que todo lo que chupamos lo vamos memorizando y se transmite de generación en generación.
Mario: ¿Quieres decir que la historia del pueblo no está perdida y olvidada sino que está almacenada en cada una de vosotras?
Araña Jefe: ¡Exacto chico!
Neta: Vaya, puez entoncez yo creo que todo puede zolucionarze felizmente. Oz propongo algo, zi vozotraz devolvéiz la historia a mi pueblo yo le diré al alcalde que oz deje vivir en laz bodegaz y en laz ezquinaz de loz techoz de laz cazaz abandonadaz o laz cazaz de loz veraneantez que zolo vienen de vez en cuando.
Mario: ¡Un momento! Tengo que proponer otra condición . Creo que aquí también ha ayudado alguien de quién no podemos olvidarnos. Para poder vivir tranquilamente tejiendo vuestras telas en nuestro pueblo, tenéis que readmitir a Pepita con vosotras. Ella vivía más feliz tejiendo telas que provocando miedo y desde luego no habrá ningún tipo de trato si no la admitís en vuestra tribu.
Araña Jefe: Está bien, si ella está de acuerdo.
Araña Pepita: Claro, claro, ¡Ole, ole, vuelvo a ser una chupa-tintas, ole, ole!

Y así fue como ocurrió el milagro. Esa noche el pueblo durmió tranquilo y a salvo de ataques chupa-tinteros.
A la mañana siguiente las arañas dictaron a los humanos todo lo que habían acumulado a lo largo de ese tiempo y los humanos reescribieron los libros perdidos hace cien años. Todos volvieron a tener una historia y aprendieron todos sobre ella.
Mientras tanto las arañas chupa-tintas se fueron instalaron poco a poco en los lugares acordados, las bodegas y las casa viejas. Se organizó una fiesta enorme para celebrar lo ocurrido donde todos bailaron hasta el amanecer.
Y así fue amigos como todo se solucionó. Ahora, cuando miréis al techo de vuestras bodegas o vuestras casas, sí, sí, de esas casas a las que venís una vez al año, y veáis una hermosa tela de araña pensad que gracias a ella y a vosotros que la respetáis un pueblo entero, muy parecido a este, recuperó su historia.
Y como en todas las historias vivieron felices y comieron perdices.

Voz: Espera, espera, antes de acabar quería saber una cosa, ¿y tú... y tú.... de quién eres... de quién eres majo?