Fue en el siglo XIV cuando el Pontífice Clemente V extendió a toda la cristiandad la festividad del Corpus Christi, en un intento de cristianizar añejas tradiciones con significado muy distinto a las que hoy se celebran.

    Hoy en día la festividad del Corpus se celebra en domingo para ajustar el calendario festivo. Hasta hace muy poco caía siempre en jueves y como bien señalaba el dicho "Es este día uno de los tres jueves que relumbran más que el sol" (los otros son Jueves Santo y el día de la Ascensión).

    Se colocan cuatro altares en diferentes calles del pueblo (en la Plaza; en la calle Real; en la esquina de la calle París con la calle del Arrabal y en la calle Abajo).
 

    Tras la celebración eucarística, se hace la procesión sacando al Santísimo bajo el palio portado por algunos miembros de la corporación municipal.
   
    Los niños que han hecho ese año la primera comunión lanzan pétalos de flores al paso del Santísimo. Se hacen paradas en los cuatro altares anteriormente mencionados.