La bodega es un elemento más del hogar castrillero.
El ir y venir a la bodega (antes de la comida y caída la tarde)
es un rito que todo vecino, ejerce gustosamente.
A principios de siglo una serie de plagas acabaron con
las mejores cepas provocando la pérdida de su rentabilidad y el
consiguiente desinterés por este tipo de cultivo. A ello también
se unió, la falta de mano de obra que atendiese a este tipo de explotaciones,
debido a la fuerte emigración. Hoy día se ha vuelto a plantar
cepas, dada la proximidad de la Denominación de Origen Ribera del
Duero.
Algunas bodegas disponen de un pequeño espacio
destinado a merendero y desde el que parte una escalera bastante pronunciada
hacia el interior de la cueva, donde en recogidas y oscuras salas, reposan
y se crían los caldos contenidos en pequeñas barricas de
roble.